martes, 1 de septiembre de 2009

Pegame que me gusta

La otra vez estaba leyendo una de las tantas novelas románticas que leo y me acorde de Él Imbécil. ¿Por qué me acorde del chico más despreciable que conozco? Tampoco se si es el más despreciable o algo así, pero es punto es que es una persona que prefiero mantener lejos.
No sé que me pasa, una amiga me presenta al pibe más bueno de la Tierra. Esos que son tiernos, trabajadores, comprensivos y no entienden el significado de garca. Desde el comienzo no tuvo oportunidad. Pobre.
Digo eso y me doy cuenta de que la pobre soy yo misma. Osea, ¿Hello? En que cabeza cabe que una prefiera a una persona forra, mentirosa, narcisista y con tan poco huevos a una versión de gandhi joven y que no esta nada mal físicamente?
Pero siempre va a ser así. Por lo menos la mayoría de las mujeres somos así. Nunca vamos a darle bola al pibe bueno, nos gustan los hijos de puta. Capaz es que nosotras, ilusas, tenemos la ilusión de que él va a cambiar por nosotras. O que va a seguir siendo forro, pero con nosotras no. O que dentro de ese duro caparazón esta en príncipe de tus sueños, el buen marido y el cariñoso padre.
Pero no.
Si alguna de las lectoras todavía cree que un hombre forro del que están perdidamente enamoradas va a cambiar por ustedes, lamento pincharles el globo. No cambian. Son felices así, o infelices tal vez pero muy cómodos en esa posición. Y no me vengan con que tuvo una infancia difícil, un padre que lo ignoró, una mujer que le rompió el corazón o alguna tontería de esas.
No van a cambiar porque no saben lo que es ceder.
Pero nosotras, arduas trabajadoras, seguimos intentando. Creyendo que van a ser como el héroe del libro (usualmente un magnate griego, un pirata moreno o un siciliano rico) que es bien malo pero termina convirtiéndose en el mejor hombre que puedas imaginar, quedandose con la chica que limpia, la mujer que esta embarazada pero en la calle, o alguna que perdió la memoria o algo así de extraño.
¿Saben? La otra vez pensé en darle una oportunidad al Chico Bueno este que me presentaron, pero simplemente no pude. Tampoco soy de las que dicen maltratame que me gusta ni nada parecido. Pero sigo esperando a ese chico malo que cambie por mi.

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