jueves, 3 de septiembre de 2009

Legalizamee

Miro la hora y no puedo creer que este despierta. Bueno, una parte de mi lo cree. Hoy fui con una de mis mejores amigas, Van Van a legalizar al fin el título del secundario.
Ya de entrada empecé mal, me dije:Vamos Flor, hoy a la cama tempranito. Eran las 3 y yo ni una mota de sueño. Me acosté y di 1500 vueltas en la cama, escuchando los ruidos de la casa, a una llamador de ángeles que tiene mi vecino y que hace casi tanto escandalo como mi ya familiar enemigo el pajarito que empieza a cantar a las 3 de la mañana hasta las 7. Termine despertando a mi vieja que por poco me tira una almohada por la cabeza a eso de las 5:30. Si hasta le ofrecí que tomemos un té para relajarnos un poquito!
Y paso como siempre, ella diciendo que tendría que trabajar de noche, en algún boliche de Buenos Aires, siendo Barman o en un guardarropa en el peor de los casos. Cuando al fin se calmo un poco y volvió a la cama(Su té funciono, aunque el mio no) me puse a mirar una película. Apenas termino me entro el sueño, me acomode y...sonó el despertador. Suspire y me levante, tenia que cambiarme y arreglar un poco el rostro algo demacrado por no dormir nada, antes de que media hora más tarde Van Van llegara.
A las 8:30 nos fuimos, teniendo una ligera idea de donde teníamos que ir. Sea como sea teníamos en mente la frase Preguntando se llega. En todo el viaje de ida estuvimos poniéndonos al día y yo me descargue un poco, contándole como no banco más ni a mi viejo ni a la flaca, gandhi, su novia que es "reeeee buenaa".
Llegamos y legalizamos el titulo con rapidez, pero después esperar en la Facultad de Medicina fue un horror. Iban por el 712 y nosotras teníamos el 977 y 978 respectivamente. Nos sentamos en el piso sin importar las doscientas personas que nos miraban y nos dispusimos a esperar...por cinco minutos. Nos cansamos de oír al hombre que se sentía dios repartiendo los números y no paraba de mirar a todas las chicas que se acercaban y decirles con su voz ronca por el cigarrillo: Niña, venga por acá.
Nos fuimos a la Bond Street para comprar el regalo de Sami, otra de mis grandes amigas, que ya en una semana cumple años. Pasamos por lugares de tatuajes, ya que Van Van quiere hacerse un tatuaje y yo en eso la apoyo a morir (aunque ya le advertí que algo duele, pero vale la pena).
Volvimos y ya habían pasado nuestro número! El colmo! Fruncí la nariz y trate de ver a cual de todas las ventanillas me tenia que acercar, sin importarme mucho le sonreí a uno de los cajeros, que no tardo en tomar mi número y a los 15 minutos ya habíamos salido, con las fotocopias del titulo legalizadas al fin.
Después de tener que soportar un subte que estaba hasta las manos, los anuncios de un tal Partido Naranja y que Vane Van me dijera que el chico rubio que yo decía que se parecía a Rob Pattinson...no se parecía en lo más mínimo y que aunque el cielo amenazaba con caer sobre nosotras logramos no perdernos en las grises y antiguas calles del centro.
Todo sea por un final con una rica hamburguesa. Algo bueno tenia que haber, cierto?

1 comentario:

Sweet carolain dijo...

uh que bajon los trámites, pura burocrasia, no está bueno.
Besos, te sigo.